Más de un 72% de la población ha sentido celos alguna vez a lo largo de su vida.
Los celos aparecen y en ocasiones desaparecen de nuestros pensamientos, debido en gran parte a la influencia de los comportamientos de las personas que nos rodean.
La inseguridad y la posesión hacia algo o hacia alguien
ya sea con niños, adolescentes o adultas,
es lo que llamamos CELOS.
En la población infantil, también existe un elevado porcentaje de celos que influyen en los comportamientos de su madurez y adolescencia. Por este motivo es importante sanearlos, controlarlos y reeducar a los niños/as celosos/as para que este rol negativo no se generalize en su carácter.
Los síntomas de una persona celosa son los siguientes:
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Miedo a perder algo o alguien.
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Envidia y odio.
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Obsesión
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Control y vigilancia hacia alguien.
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Sufrimiento, ansiedad.
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Autonomia inexistente.
Como trato los celos en mi consulta?
- Identificando los celos como patologia «temporal».
- Controlando los celos con mecanismos psicterapeuticos.
- Aumentado la autoestima: tanto a nivel física como psicologicamente.
- Mejorando el bienestar personal.
- Cuestionando el porque se producen.
ES basico identificar a los niños que sufren celos de muy pequeños, puesto que este comportamiento infiere en el abanico de actitudes tóxicas y negativas para la comunicació y las relaciones personales.
Y llegó la mamitis.
Cuantas veces hemos oido hablar de la mamitis? Y no siempre en positivo, es decir, no siempre valoramos o ayudamos al niño/a que tiene mamitis. Muchas personas lo asocian a «estar mimado» que lejos están de la realidad!!!!!
La mamitis es una fase que pasan (o no) muchos niños a distintas edades antes de los 8 años, significando este comportamiento un apego hacia la mamá. Sus reacciones suelen ser diversas pero en general;
- Lloran cuando la madre se va.
- Quieren mucho contacto físico de las madres.
- Necesitan hacer cosas y actividades con ellas y SOLO con ellas.
¿ Que motivos tiene el niño/a para tener mamitis?
Aparentemente ninguno, pero hay factores y sucesos familiares que pueden alterar el ritmo de afecto de la madre hacia el niño/a como por ejemplo, la llegada de un hermano, cambiar de vivienda, alguna enfermedad de alguien cercano, la muerte de un animal de compañia, etc.
Para no hacer eterno el periodo de vinculación con la madre, lo más importante es irse separando poco a poco, empezando por 1 minutos y augmentado poco a poco, para que la separación de larga duración no sea un trauma para ambas partes.
Cuantas veces hemos oido hablar de la mamitis? Y no siempre en positivo, es decir, no siempre valoramos o ayudamos al niño/a que tiene mamitis. Muchas personas lo asocian a «estar mimado» que lejos están de la realidad!!!!!
La mamitis es una fase que pasan (o no) muchos niños a distintas edades antes de los 8 años, significando este comportamiento un apego hacia la mamá. Sus reacciones suelen ser diversas pero en general;
- Lloran cuando la madre se va.
- Quieren mucho contacto físico de las madres.
- Necesitan hacer cosas y actividades con ellas y SOLO con ellas.
Pero sabéis porqué les pasa eso, y a la vez lo pasan (y pasamos las madres) tan mal durante la separación física? Pues porque solo las madres les proporcionan la tranquilidad, seguridad y ánimo que en aquel momento aquel niño/a necesita y no quieren calmarse con nadie más. Esto hay que respetarlo, porque en definitiva, la etapa de MAMITIS, es eso, un periodo de tiempo, que en muchas ocasiones es intermitente, en la cual la única persona que les calma es la madre.
Las peleas son muestras de cariño y de rabia mal gestionadas y exteriorizadas. Los hermanos se pelean por la confiaza, porque el mismo conflicto surgido con otras personas no terminaría en peleas.
Las razones por las que discuten son muy diversas, pero generalmente se producen por las edades, por la diferencia entre criterios y entre competencias. La rivalidad se ve afectada y la gestión de conflictos y de rabia produce fuertes discusiones que acaban en peleas, sobretodo alrededor de los 6 y los 12 años.
Para evitar peleas debes evitar las comparaciones delante de ellos, y hablar de ellos delante de la gente. De los problemas familiares o de los conflictos entre hermanos es mejor no hablarlo fuera, puesto que podemos provocar acoso con otros niños o burlas innecesarias con los compañeros de clase.
Los padres somos modelos. Si tus hijos te ven gritando, peleándote, chillando, y sobretodo perdiendo el control de la situación, lo más probable es que cuando el esté en situaciones similares haga lo mismo para resolver un conflicto.
Delante una pelea que debemos hacer los adultos:
1.- No te enfades por que están discutiendo.
2.- Sepárales de forma rigurosa hasta que se calmen y si hace falta sepáralos para que no se puedan ver.
3.- Cuando lleguen a la calma, aprovechad para hablar de lo que ha pasado, solo hablar, no juzgar.
4.- Sospesar las soluciones con tu ayuda.
5.- Exponer el problema con otro final
Aplica los 5 pasos para mejorar la relación con tus hijos, pero ante todo se neutro y no juzgues. Empatiza con ellos!
Una de las preocupaciones de los padres, es que nuestros hijos sean felices. Teniendo en cuenta la sociedad que nos rodea, cada vez hay más complicaciones para que esto sea asi, pero no hay que decaer nunca, lo más importante es dar en cada momento lo que uno como padre pueda.
Complementando las necesidades que cada familia tiene, podemos seguir estos indicadores ya des de bien pequeños, para fomentar su felicidad y así no perder el concepto positivo de si mismos.
1.- DIVIERTETE CON ELLOS: Hacer actividades juntos, las que os gusten tanto por una parte como por otra. Durante el juego se establece un buen vínculo y unos roles que se traspasan a la vida cuotidiana, es decir, fuera del juego.
2.- DALE LIBERTAD: Intenta no marcar su camino, ni manipularlo. Deja que se equivoque. Solo avisale, adviertele de lo que pueda pasar pero dale espacio para escoger y margen de error para equivocarse, es una buena manera para que la próxima vez de pida consejo.
3.- ESCUCHÁLE: No es fácil saber escuchar uno ya tiene una idea de juicio preconcebida, pero es bueno no anticiparte a lo que te quiera contar. No te adelantes a su discurso, hazle sentir seguro y sobretodo que estas a su lado.
4.- ERES SU MODELO: Si ve a la familia feliz, contenta, afrontado las adversidades y los problemas, seguira vuestra conducta por imitación y entenderá que la felicidad es parte de un estado emocional condicionado por muchos factores.
5.- RESPETA SU CARACTER Y SUS EMOCIONES: Muchas veces los padres «juzgamos» el caracter por ser timidos o alegres o extrovertidos o callados…. respetemos su carácter y su manera de ser. Dejemos que sean ellos mismos y no obliguemos a modificar su comportamiento cuando es innato. Eduquemos sin forzar emociones.